¿Buyer persona?

Tomador de decisión, comprador, interlocutor válido, usuario, público objetivo, target, consumidor. 

Parece que los términos con los que se nos define cuando se refieren a nosotros como potenciales compradores/usuarios de un producto o servicio no son de lo más amables, la verdad. Y el más actual de buyer persona tampoco parece que ayude mucho a encontrar la poesía. Es curioso que en tiempos de PROPÓSITO, en tiempos en los que sabemos que pensar únicamente en la rentabilidad, en el dinero, es el camino más corto para permanecer poco tiempo en el mercado, utilicemos una expresión como ésta. En tiempos en los que sabemos que la relación que las personas establecen con las marcas es más de vínculo emocional que nunca. En tiempos en lo que compartir con tu marca intereses, valores y creencias es fundamental. 

Pues, es curioso que en estos tiempos, nos empeñemos en seguir usando una nomenclatura tan poco empática. Palabras que alejan a la marca de las personas. Palabras que profundizan la brecha que queremos salvar. Y hay muchas marcas que ponen todo de su parte para conseguirlo, para salvar esa brecha. Muchas marcas convencidas de que ése es el camino, acercarse a las personas y sentirlas parte de su proyecto, de su propósito.

Pero las palabras construyen imágenes en nuestra mente. Y hay algunas que, al pronunciarlas, disuelven de algún modo todo lo construido a su alrededor. Es decir, que se crece y se avanza a pesar de ellas. Buyer Persona ¿Nos inventamos otras?