Semántica

Si nos ceñimos a la definición de la RAE, la palabra propósito no está especialmente cargada de contenido trascendente: 

1. Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo.
2. Objetivo que se pretende conseguir.
3. Asunto, materia de que se trata.

Bastante aséptico, la verdad. Los sinónimos, sin embargo, nos dan pistas más ambiciosas: deseo, aspiración, voluntad,…. Algo es algo.

Pero, sucede con frecuencia que el sentido original de las palabras se va cargando de contenido con el paso del tiempo. Y en este caso parece que para bien. Cuando hablamos de propósito, nuestro imaginario se llena de connotaciones  positivas. Nuestra mente nos lleva a algo relacionado con aquello que nos sirve para trascender, con lo que nos acerca al sentido. Como diría Viktor Frankl, lo que de verdad nos permite alcanzar el bienestar es creer que uno puede hacer una importante contribución a la vida, si no es ahora, en el futuro. Y esa sí parece una definición más ajustada de lo que en el siglo XXI entendemos como propósito. Gran palabra. ¿A pesar de la RAE?